a quién será que inquietas
si de espaldas a la luz te mueves
y con todos duermes
no puedes levantarte
sin haber escrito
con quién será que pugnas
en todo el mes
una palabra
raspar
obtienes más mostrando menos
te aconsejan
pones a la venta tus ideas
mientras te concentras en los alrededores
nadie te las solicita
solas arremeten contra la Única
te disuelves
bajas la escalera que te lleva hacia el principio
y te empieza el cansancio
solo en la repetición
te deshaces de algo
por qué te reservas el derecho
de machacar dos veces
la experiencia que nadie ha tenido
solo a un consejo atiendes
que te calles
lejos tu voz 00g
resistencia a la futilidad
el compuesto perfecto
que extingues con el ritmo
puedes dirigirte hacia el cocotero
y regresar con una idea nueva
lanzarte a media altura y sopesar
si realmente te hace falta
molares nuevos para machacar
el ruido que se materializa
y se cierne
en cada hendidura que provocas
a medida que el achaque embiste
el punto de equilibrio parece ser una función
de la propagación
una especia de patrón generado desde afuera
biológicamente vinculante
generador de situaciones vitales
si bien fatigosa al servicio
del olvido del padecimiento
y la banalidad
habría que ser muy incoherente o flemático
para considerar intrínsicamente valiosa a la biología
al menos esto es lo que se puede leer si no se ha tenido
experiencia alguna de la propagación
está hecha también la fase comatosa
de aquí que esta elucubración sea la teoría
de toda técnica
de toda historia y reparación
solo entonces el punto de equilibrio cambia
asoma cuando sobrio decides no seguir trepando
ves todo como un signo para entender tu vida
haces de tu vida un calco de las circunstancias
la luminosidad aumenta y la economía desborda
basta decir se entiende
para que no se entienda
sobra callar el malentendido
para que se entienda
falta gesticular lo sobreentendido
para que se normalice