tráfico de nubes en la hora dividida
de la frente que hace mucho se durmió
y con apertura triangular los ojos
que en plenitud auscultan dos colores
Dubitativo el camino se bifurca,
levanta polvo y entre cantos segadores:
el descanso placentero,
previo a la cuesta.
El lomo de los animales reunidos son la cuesta
y el polvo los asienta;
el camino es un osario que se enfría,
se vuelve parco y en la meseta:
el desierto.
Allí el círculo constelado
que seduce a saltar hacia el espacio.
Abajo la humedad, la madre selva
contradiciendo las estrellas que apuntan
circulares
hacia arriba.
Estira un poco tus raíces, tus peticiones,
y duerme, enloquecido:
mañana el camino
hoy dubitativo.
Trasegar de un ojo a otro
el guiño que reemplaza en cada punto
al espacio lo retuerce adelante
lo nubla más allá del horizonte
No es la niebla retorcida la que suplanta
la ilusión de la ceguera por el mago
la nota en el entrecejo
porque el pie te lo cortaron
cuando traías un bulto de palabras
que no cabían en las partes
destinadas al discurso principal
En la cueva un rebuzno suena aislado,
con los ecos se marchó nuestra violencia
En los grifos y los lápices nos dimos cuenta
que la vida no era más que turbamulta
Si supieras qué alimento en el fardo nos traía
con las piernas inconcientes de los trenes
Sin los ojos sin la traza ni la cara
regresamos al resquicio pretencioso
Nunca envidia fue tan larga en nuestro vello
pues el tiempo ya se encarga de la limpia
de las cuevas los fortines y los puertos