31 January, 2011

Entre algas reprimidas, la tradición mosquea la tradición de luz. El crudo girasol.

No hay por qué quebrar los débiles auspicios, ni solventar la carie entre paréntesis.

Hay que atragantar el doble impulso de la ley, tan tributaria incluso entre homogeneidades.

Servir de aire a los vehículos y transportar la miel enrarecida, así culminan los sin-tregua.

Como estatuas, como signos al revés de un bastidor. Ignorado pasea en la espalda.

Ah, la tradición, ¿qué es sino lo dicho? ¿Lo que cabe en la otra frente del apaciguado, entre solemnidades?

Tibias las piernas nunca nacen del discurso, derriban el discurso, someten al vocabulario. Y quedan tibias, sin jamás probar su extremo.

La bandera verde, el músculo acostumbrado, el que gasta la materia: nubes incómodas en los giros planetarios.

Carne, siempre carne para la inmensidad de la pobreza. Luz negada.

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