TIEMPO
2 March, 2012
Adelanta la impaciencia a todo intento de aceleramiento.
Una historia reducida no es más que ritmo acelerado.
El tiempo obtenido, al acabar, no es sino silencio postergado.
No esperes riqueza ni comprensión al frente.
Todo vendrá, abruptamente, al develar el pensamiento.
En silencio transforma la impaciencia en extrañeza.
Y muere.